Florencio Randazzo, integrante de la fórmula del espacio “Hacemos por nuestro país” como precandidato a vicepresidente del actual gobernador de Córdoba, Juan Schiaretti, aseguró que “el kirchnerismo no representa al peronismo” y consideró que Juan Pablo Luque perdió las elecciones el domingo, porque “lo perjudicó pertenecer a un espacio político en el que la gente ha perdido la confianza”.
En un extenso diálogo con El Interruptor, programa emitido por Radio Sónica (90.5) y conducido por el periodista Ramiro Outeda, el ex Ministro del Interior, sostuvo que “nosotros estamos intentando ser una opción para las próximas elecciones con el gobernador de Córdoba Juan Schiaretti, que es un gobernador absolutamente exitoso en su provincia, una provincia que ha desarrollado la industria, el sector agropecuario. Es una provincia donde se respetan las instituciones, la división de poderes, la libertad de prensa, y que tiene la concepción de un estado moderno”.
Añadió que para el gobierno cordobés “es una premisa darle mucho valor a la educación, a la salud, a la seguridad, a la justicia. Ha tenido un plan de desarrollo de infraestructura productiva realmente muy importante, en lo que respecta a redes de autopistas, extensión de gasoductos por más de 3.000 km, una red de conectividad para todos los municipios y eso ha permitido un desarrollo económico importante en la provincia”.
Tras destacar que coincide con Schiaretti en cuanto a principios y convicciones, hizo un raconto de los logros obtenidos durante su gestión como Ministro de Interior (a modo de respaldo de su capacidad como funcionario) mencionando entre otras cosas “el nuevo documento Nacional de identidad reemplazando esa vieja libreta por una tarjeta moderna y segura, el proceso del documento de viaje, que es el pasaporte, con la misma estructura que desarrollamos el documento de identidad. También llevamos adelante un proceso de transformación en materia ferroviaria. Empezamos con la red metropolitana y de pasajeros a Rosario y Mar del Plata y después empezamos a entender todo lo que es el tren de carga, que para nosotros es fundamental porque está vinculado a la competitividad de la economía, e implementamos la tarjeta Sube”.
“Lo que nosotros pretendemos es ser un alternativa que deje atrás esta despiadada pelea entre las entre diferentes facciones de la grieta, que es un negocio para la política pero que está alejado de los problemas de la sociedad”, enfatizó.
Atribuyó en éxito de la gestión de Juan Schiaretti en Córdoba, a que “no sólo es una forma de hacer política, sino una forma de entender la vida, de darle valor a la palabra, a los compromisos, de ser un hombre transparente, entendiendo que el mayor capital político que puede tener un dirigente político es el prestigio, es la confianza en sus ciudadanos y de sus ciudadanos hacia él. Es un camino de ida y vuelta, porque la política si no sirve para mejorarle la vida a la gente no sirve”.
Lamentó que ese principio se haya distorsionado, subrayando que “se ha distorsionado por dirigentes que han deshonrado la palabra, que están un día en un lado y al otro día están en el otro, que no gestionan. Y muchas veces se colaboran en ese tipo de acciones, la impunidad que dan algunos medios. Es un combo que ha sido trágico para la Argentina. Pero en la Argentina es un país que tiene un horizonte de futuro enorme y sin embargo lo hemos desaprovechado y no hemos resuelto problemas que el resto de los países del mundo ya resolvieron, como el tema de la inflación que tanto daño nos hace y es un tema que a fin del siglo pasado ya resolvieron los países de la región Brasil, Chile, Paraguay, Bolivia, Perú, Colombia”.
Hizo notar que pese al retraso de nuestro país en morigerar la inflación como lo hicieron los países mencionados, “Argentina tiene un candidato a presidente por parte del oficialismo, que hoy es el ministro de Economía con una inflación del 154%, con más de veinte tipos de cambio, con una política de restricción a las importaciones aun sabiendo que muchas de ellas van a la cadena productiva para luego producir y exportar, con mas de 20 millones de argentinos debajo de la línea de pobreza, jubilados cobrando 70 mil pesos”.
“Lamentablemente -agregó- también es cierto que han generado un sentimiento de resignación, de creer todos somos lo mismo y que la Argentina no tiene solución. Y yo creo que sí que tiene unas posibilidades enormes pero tenemos que salir de la trampa de la grieta”.
Consultado sobre qué puede aportar Randazzo a un proyecto de gobierno, respondió “mi experiencia, mi conducta, mi compromiso y mi firme voluntad de saber que la Argentina sale si recupera el sentido común, la racionalidad, si somos un país normal. Yo soy un hombre de gestión, comprometido, pragmático y he dado muestras de que soy una persona eficiente y capaz frente a los desafíos que he asumido, porque creo que la política es una herramienta noble si se usa con vocación de servicio. Y nosotros creemos, con Juan Eschiaretti, por la experiencia de él, por la experiencia mía y por parte del equipo que nos acompaña, que podemos hacer una gran transformación en la Argentina”.
Respecto de cómo abordar la situación de postergación que afecta a la Región Patagonia, Randazzo consideró que “ninguna región se salva individualmente. Argentina necesita un plan de estabilización macroeconómico que le permita ser previsible, con niveles de inflación como tiene el resto del mundo, con un sistema financiero en el cual se apalanque el sistema productivo, donde todas las decisiones estén enfocadas a generar producción para generar trabajo, donde el sistema tributario le saque presión a los que producen, donde subsidiemos el empleo y no el desempleo, y donde tengamos un estado inteligente y moderno que se dedique a los servicios esenciales”.
En otro orden, el precandidato afirmó que “el kirchnerismo no representa al peronismo. El peronismo siempre fue un movimiento social que irrumpió el siglo pasado y su eje principal es la inclusión, en lo cultural, en el trabajo, en lo social. El kirchnerismo terminó siendo una fuerza de asistencia y de exclusión, con planes, con bolsas de mercadería, como si esa fuera la solución. La Argentina necesita recuperar la cultura del trabajo y eso es fundamental”.
“Nosotros no creemos que este gobierno represente al peronismo. De hecho, el resultado electoral le ha sido adverso a esas provincias que han tenido el suplicio de estar cerca del gobierno nacional”, sentenció, acotando que “en la provincia del Chubut, en la elección del 1019, el peronismo con el Frente Renovador sacó el 75%, es decir que desde entonces perdió 40 puntos”.
Remarcó que “hay que pensar en el desaguisado que ha hecho este gobernador, que responde a Sergio Massa, para perder el 40% de los votos, que es perder el 40% de ciudadanos que dejaron de confiar. Y eso, de alguna manera, debe ser un signo de alarma, porque está claro que el peronismo no se sintió representado en esta elección”.
Al referirse al intendente de Comodoro Rivadavia y ex candidato a gobernador de Chubut, señaló que “tengo entendido que Juan Pablo Luque es un buen intendente, pero lo ha perjudicado la situación de pertenecer a un espacio político en el que la gente ha perdido la confianza. De hecho, el gobernador actual va de candidato al Parlasur por Unión por la Patria. Entonces es difícil explicar a la gente que él no tiene nada que ver, cuando en realidad va a una boleta el mismo espacio”.
“Esto debe servir para reflexionar a quienes en realidad se sienten peronistas y creen en un país diferente. Hay una enorme posibilidad de recuperar la confianza de la sociedad y eso se logra con compromiso, con honestidad, con transparencia y con gestión, y eso es lo que pretendemos representar con el gobernador Schiaretti. Y la experiencia y nuestra historia demuestran que es así. Pero no hay dudas que en las elecciones provinciales que de alguna manera estuvieron asociadas con el kirchnerismo han perdido en todos lados”.
Abonando esa afirmación, apuntó que “en Santa Fe se perdió de una forma estrepitosa y sin embargo en Córdoba se volvió a ganar, porque allí hay una visión como la que planteamos nosotros con relación a cómo debe ser el estado, cómo se debe gobernar, cómo se debe proteger a los sectores productivos que generan riqueza, y eso se ha perdido en la Argentina”.
“En las pocas elecciones que se ganaron, ningún funcionario nacional visitó la provincia previo a las elecciones, y eso es porque están muy mal ante la gente y debe haber un acto de rebeldía en la sociedad que quiere un país mejor. Y la grieta no aporta a eso, porque Cambiemos agudizó los problemas que había en el 2015 y este gobierno los empeoró, entonces hay que salir de ese lugar”, precisó.
Más adelante comparó la lucha que debe llevar adelante el sector que encabeza junto a Schiaretti, frente a las dos fuerzas con las que deberá enfrentarse en las elecciones, Unión por la Patria y Juntos por el Cambio, con la de David frente a Goliat.
Aseguró en ese sentido que “es muy difícil que nos visualicen. Porque es un negocio de factores de poder, de los medios de comunicación, de los dirigentes que están de un lado y del otro de la grieta. Por eso yo le pido a la gente que reflexione, que mire cada fórmula presidencial, que pregunte quienes son, donde estuvieron, que hicieron, y eso sería una aproximación para ver hacia donde dirige el voto”.
Aludió luego a su alejamiento del kirchnerismo, luego de haber sido Ministro del Interior de Cristina Fernández de Kirchner, explicando que “soñé que después de la reelección de Cristina, venían cambios profundos en Argentina, esa sintonía fina de la que hablaba ella, pero fue todo lo contrario. Se agudizaron los problemas. Empezó a haber más inflación, menos políticas productivas, menos diálogo con los diferentes actores. Veníamos de un kirchnerismo muy amplio, que había llevado a Julo Cobos de candidato a vicepresidente, un radical. Y yo me enamoré con esa idea”.
Relató que “cuando llega el 2015 yo había dicho públicamente en reiteradas notas, que pretendía ser precandidato en unas PASO dentro de ese espacio, para competir contra Scioli, pero esa posibilidad se me clausuró y se me pidió que sea candidato a gobernador de la provincia de Buenos Aires. Hubiera ganado, sin lugar a dudas, pero decidí no aceptar eso porque me daba vergüenza, después de haber dicho en reiteradas oportunidades que si no me dejaban participar de las PASO como precandidato a presidente me iba a mi casa. Entonces me fui a mi casa, porque entiendo que la dirigencia política tiene que tener como capital más importante la credibilidad”.
Indicó que “esa fue la razón y a partir de ahí los enfrenté, aun habiéndome ofrecido ser candidato a diputado nacional y a primer senador nacional, porque estoy convencido de que ese es el camino equivocado, y dato mata relato, sinó solo hay que ver cuál es la triste realidad de la Argentina. Y como si fuera poco, llevan de candidatos a presidente y vice a dos funcionarios de gobierno, tanto Massa como Rossi. Acompañar esa fórmula implicaría dar un voto de confianza a este gobierno, cosa que a mí me parece casi improbable, pero hay que dejar que el ciudadano vaya a votar”.
Finalmente destacó la importancia de las PASO como medio idóneo para legitimar un candidato, otorgándole “el poder suficiente para transformar las cosas”, dado que “Argentina tiene un régimen presidencialista, por lo que no se puede tener un delegado como quiere Cristina. Alberto Fernández es un delegado. Y lamentablemente, la consecuencia de eso la estamos pagando en conjunto los argentinos, con dirigentes que ni siquiera se hacen cargo, ni Cristina, ni Massa, ni el mismo Fernández, de la realidad, del desastre que han hecho”.