El jugador Carlos “Cali” Ancamil jugó el jueves su último partido en la Primera División del fútbol de la Liga del Valle. Decidió colgar los botines. Al menos por ahora. Y este viernes visitó Radio Sónica (90,5 MHz) para charlar con Rolando Hompanera, en Central Deportiva, sobre sus sensaciones a horas de la determinación.
Dijo que “fue una decisión que ya estaba tomada”. Pero que “fue consensuada con su familia”. “Tiene de todo un poco, de poder acompañar a mis hijos en las actividades que tienen que realizar de aquí a fin de año. Nos es noticia que el fútbol de hoy es más dinámico, lo que demanda el triple de esfuerzo y de cuidados. Fueron años de mucho sacrificio, por lo que decidí parar un poco la pelota y descansar. La idea era dejar el fútbol y no que el fútbol me deje a mí”, explicó.
Y respecto del encuentro en sí mismo, añadió: “Fueron sensaciones raras. El martes ya estaba raro. Ya sabía que se terminaba. Mis compañeros me hacían saber en el día a día”.
Más adelante se refirió a la conducta de sus rivales del jueves, los integrantes del plantel de J.J. Moreno, que al sonar el silbato final del árbitro, de camino hacia el vestuario, le hicieron un pasillo para aplaudirlo, junto al arquero Darío Krebs, que también tomó la decisión de no jugar más a la pelota de forma oficial.
“Para mí no existe la mala leche en el fútbol. Uno puede ir fuerte pero no para lastimar a un rival. Los rivales de Moreno se portaron diez puntos y hay que sacarse el sombrero con esos gestos deportivos. Lo mismo la terna arbitral”, dijo.
Respecto de su corazón futbolístico, y su sentir vinculado con los colores Rojo y Negro, explicó: “Independiente de Trelew fue el club que me hizo debutar en primera división. Siempre quise volver al club y tuve la posibilidad hace poco pero las cosas no se dieron por circunstancias deportivas. Y Gaiman es el club que siempre me abrió las puertas. Cada vez que iba la gente me hizo sentir muy cómodo, más después de haber logrado un campeonato y un paso a un regional, que es algo que hacía mucho que no se lograba. Gaiman se ganó una parte de mi corazón”.
