“Cumple la Subsecretaría de Información de la Presidencia de la Nación, el penosísimo deber de informar al pueblo de la República, que a las 20;25 horas ha fallecido la señora Eva Perón, jefa espiritual de la Nación…”.
El comunicado oficial tuvo el efecto de un golpe demoledor, directo al corazón de los argentinos. Había pasado a la inmortalidad, con apenas 33 años, la gestora de una revolución inédita en nuestro país. Una revolución que otorgaba derechos a los desprotegidos, a los marginados… Que ponía a la mujer en el centro de la actividad política brindándole el acceso al voto.
Eva fue la primera política argentina en participar activamente en una campaña electoral, en 1946, ya casada con Perón. En 1947 impulsó y consiguió la sanción de la Ley de sufragio femenino, tras la cual buscó y logró la igualdad jurídica de los cónyuges y la patria potestad compartida a través del artículo 39 de la Constitución de 1949.
Creó la Fundación Eva Perón, mediante la cual construyó hospitales, asilos, escuelas, impulsó el turismo social creando colonias de vacaciones, difundió el deporte entre los niños mediante campeonatos que abarcaron todo el país, otorgó becas para estudiantes, ayudas para la vivienda y promocionó a la mujer en diversas facetas, adoptando así una posición activa en las luchas por los derechos sociales y laborales. En 1949 fundó el Partido Peronista Femenino.
Su accionar en el campo del proletariado, le valió el amor incondicional y la fidelidad de los trabajadores, sus “descamisados”, que en 1951 en ocasión de las primeras elecciones presidenciales con sufragio universal, propusieron como compañera de fórmula de Perón, como candidata a vicepresidenta.
Renunció a la candidatura el 31 de agosto, fecha conocida como el “Día del Renunciamiento”, debido a la presiones de los grupos opositores al gobierno, a las luchas internas dentro del peronismo y al cáncer de cuello de útero que tenía diagnosticado desde 1950, enfermedad que arrebatara su vida el 26 de julio de 1952.
Lamentablemente, el 70° aniversario del fallecimiento de Eva Duarte de Perón, se conmemora en un contexto político y social diametralmente opuesto a sus aspiraciones, convicciones y acciones.